domingo, 30 de enero de 2011

Para que haya vida debe haber movimiento, para que se pueda hacer turismo accesible deben existir transportes adaptados

Hace un tiempo vengo viajando y recorriendo Centroamérica y he tenido la oportunidad de viajar en diferentes medios de transporte (avión, barcos, lanchas, botes, taxis, buses de larga distancia y buses locales) y he notado la falta de accesibilidad. Debo destacar que muchos buses locales presentan condiciones de accesibilidad pero esto no deberían ser episodios aislados.
Realizando un viaje en avión internacional me ha tocado vivenciar algunas situaciones que tienen que ver con el turismo accesible. En el mismo vuelo en que yo viajaba, viajaban 2 personas discapacitadas, una de ellas viajaba sola y se desplazaba en muletas y casi en forma autónoma (salvo que llevaba equipaje de mano y se le complicaba el desplazamiento y varias personas incluído yo tuvimos que asistirlo). La otra persona viajaba acompañada e iba sentada en silla de ruedas.
La mujer que estaba sentada en la silla tuvo que esperar que personal de la aerolínea la asistiera y la subieran por esa larga escalinata hasta la puerta del avión. Una vez que llegó arriba, la puerta era demasiado angosta. Tuvieron que pasarla a otra silla más chica y de allí llevarla hasta su asiento. El hombre que caminaba en muletas se le dificultaba la caminata hasta su asiento ya que el ancho del pasillo era muy estrecho y esto dificultaba su desplazamiento. Tuvo que caminar de costado. Imagínense si cuesta caminar con muletas lo que debe ser caminar con muletas y de costado.
A todo esto, el viaje que tenía una duración de 7 hs se complicaba el tema sanitarios. La puerta del baño tenía un logo que me hizo reir mucho y a la vez me enfureció. Tenía el logo de discapacitados. Saben qué? lo único que tenía de accesible era un barral al costado del inodoro diminuto. El ancho de la puerta no era más ancho que mi ancho de hombros e imaginen que no tengo una espalda de nadador. Vergonzoso. Uno debe pagar un pasaje 1000 usd y que no te ofrezcan lo mínimo y necesario para poder viajar es lamentable.

Tenemos que entender que la accesibilidad no es un servicio, un confort, un lujo para pocos. Es la necesidad de TODOS. El turismo accesible involucra no sólo a las personas con discapacidad sino, adultos mayores, mamás con niños, embarazadas, personas con movilidad reducida, etc.
Eliminando las barreras nos beneficiamos TODOS.
Lic. Alejandro López

Foto: Gentileza de asesor de accesibilidad.